miércoles, 9 de junio de 2010

maltrato animal: criaturas que gimen

Llegó el día en que he de abordar un tema de interés general que es la crueldad hacia los animales, un tema sin duda que nos afecta a todos, no sólo a los que valoramos tales criaturas, sino a aquellos mismos que los torturan y matan con suma crueldad.
El amor nos da paz
Dios en su infinita sabiduría le encomendó al ser humano el buen gobierno de todo lo creado, en la tierra, debajo de ella, y en los cielos. A partir de esta tarea asignada somos enteramente responsables de las condiciones en las que el mundo y sus criaturas se encuentran hoy en día. No faltará quien diga que la vida de un ser humano vale más que la de un gato o un perro, justificando de esta manera la muerte de los tales; sin embargo, la justicia verdadera, la divina, nos recuerda que en función de nuestras capacidades seremos juzgados, es decir, un perro con inteligencia limitada no llevará la responsabilidad de la manera que un hombre cuya inteligencia rebasa con creces la de cualquier otro ser vivo en el planeta.

Actualmente, la dependencia económica nos ha desensibilizado de lo que es la naturaleza y sus habitantes; nos sorprenden más las grandes edificaciones y las construcciones majestuosas, que admirar el mar, las montañas o los cielos. Hemos perdido de vista que las cosas verdaderamente valiosas, las escenciales para la vida, no se pueden generar con dinero, con monedas y billetes, ni siquiera con piedras o metales preciosos, necesitamos de la mano sobrenatural del Creador para que sigamos disfrutando de los beneficios que la naturaleza nos proporciona.

Los animales nos fueron dados de igual forma para ser compañeros, ayudantes, en las faenas del día a día, incluso nos pueden servir de alimento, como el venado le sirve al león, pero sólo por necesidad, no por diversión o mercadería que es avaricia, y aún si por necesidad, somos responsables de hallar la manera menos cruel y efectiva para no prolongar el sufrimiento de esos seres que son sacrificados en nuestro bien.

En el caso particular de los perros y gatos (los más domésticos conocidos), me parece un crimen que sean abandonados a su suerte, que se les alimente mal o no se les alimente, que se les niegue atención médica, vacunas y cuidado de higiene, así como un trato correcto de cariño con disciplina. Es triste ver tantos animales atropellados, durmiendo en las calles, golpeados, heridos, tomando agua estancada a las orillas de las banquetas. Y si observamos bien, la mirada de esos seres es un grito ahogado de auxilio, de "¡adóptame, quiéreme, hazme vivir!".


Lo peor es que nuestra actitud muestra la crueldad de nuestro corazón, capaces de maltratar no sólo a los animales, es un reflejo de la inclinación a maltratar a otros humanos pues quien maltrata carece de respeto por la vida ajena.

Querido lector, que esta corta reflexión sirva para que te conviertas en un buen y justo gobernante de tu entorno: de animales, plantas, y humanos que te rodean, y sepas darle a cada uno el lugar que le corresponde en el ciclo de la vida. Respetar para ser respetado, amar para recibir amor, recuerda que Dios ve el corazón, y aunque tus obras parezcan justas, si tu corazón está entenebrecido por el odio y la crueldad, si no hay un verdadero compromiso en ti para cuidar de lo que Dios ha puesto en tus manos, entonces serás reprobado cuando llegue la hora de darle cuentas.

Palabra Clave: GEMIR
8:21 Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
8:22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora.
☺mega